Sonreír no cuesta y aporta valor a tu vida

Hoy vuelvo a activar un tema que me gusta mucho: Mensajes positivos, con la intención de ver si con esto me vuelve la inspiración que se me está estancando con tanta quietud.
Que no me quejo, me encanta estar rodeada de mi familia y amigos, simplemente que cuando lleno esa parte de mi vida la inspiración se apacigua. Tendré que pensar por qué pasa esto.
Pero bueno, el tema que traigo hoy es uno que ya he mencionado en otros artículos y va directamente con el hecho de sonreír.

Sonreír viajando

El porqué de hablar de la sonrisa

Hace unos días conocí una chica que me decía que a ella le costaba sonreír. Que su vida nunca había sido feliz y que tal vez por eso no era capaz de dar una sonrisa de felicidad o siquiera de alegría.
Esto me hizo pensar en todas esas personas que viven tantas calamidades y se sienten de esta misma manera: tristes, agobiadas, deprimidas… Personas que no logran sonreír y mucho menos hacerlo con el corazón, con sinceridad, porque realmente es lo que sienten.
Yo me considero una persona muy feliz, que siempre ve alegría en las pequeñas cosas que le pasan en su vida. Que quiere ser feliz y que siempre intenta sonreír y burlarse de si misma (porque hago las suficientes tonterías durante el día que es inevitable no hacerlo).
Por eso, cuando alguien me dice que no puede sonreír, que no le nace, no me queda otra que pensar ¿Qué le pasó a esta personas para que no pueda hacer algo tan sencillo como sonreír?

No todos podemos sonreír con el corazón

No niego que hay personas que han vivido duras tragedias en su vida. Porque la vida no es perfecta para todo el mundo.
Lamentablemente muchas personas han elegido sufrir, reconciliarse, aprender con duras pruebas. Sin embargo, no deja de ser muy triste que uno no pueda sacar una sonrisa sincera de vez en cuando.
Porque no todo puede ser amargura en la vida. No todo puede ser tristeza, llanto, lamentos y depresión.
Todos, deberíamos, tener algo que nos motive, que nos mueva, que nos alegre de tal manera que el corazón se llena tanto que sonreír sea algo inevitable.
No sé, no imagino mi vida sin la sonrisa. Mi familia es muy alegre y no reír me parece imposible. De hecho, y aunque para muchos suene mal: siempre intento que, por más dura que sea la situación que este viviendo, el buen humor y la sonrisa nunca falten.
Y sí, cuando digo una mala situación, me refiero a todo:
Un rompimiento
Dejar un trabajo
Que muera un familiar o amigo querido
El miedo a lo desconocido
Dejar a mi familia
Sentir esa soledad que apabulla el corazón
Que te roben, asalten, atraquen o engañen
Las malas decisiones
Las inseguridades
Todo mal momento que pasamos no durará para siempre y la sonrisa y la alegría en algún momento deben aparecer.
Por más mal que estés, las cosas pasan y si has olvidado eso, te invito a leer este hermoso cuento llamado: El anillo del Rey:
[su_spoiler title=»Para leer el cuento da clic al +»]Una vez un rey citó a todos los sabios de la corte, y les manifestó:

«He mandado hacer un precioso anillo con los mejores diamantes, en uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar oculto dentro del anillo, algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total.
Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa dentro del diamante de mi anillo».

Todos aquellos que escucharon los deseos del rey eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados…Pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil.
Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada que se ajustara a los deseos del poderoso rey.
El rey tenía, muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto. Era tratado como parte de la familia y gozaba del respeto de todos.
El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y éste le dijo:

– «No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje»
– «¿Como lo sabes?» preguntó el rey.
– «Durante mi larga vida en el palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un místico. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje».

En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey.

-Pero no lo leas – dijo – Manténlo guardado en el anillo. Ábrelo solo cuando no encuentres salida en una situación.

Ese momento no tardó en llegar: el país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos.
En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle. Caer por él, sería fatal.
No podía volver atrás porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.
Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para el momento. Simplemente decía:

«ESTO TAMBIEN PASARÁ»

En ese momento fue consciente que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haber equivocado el camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio.
Ya no se sentía el trotar de los caballos. El rey se sintió profundamente agradecido del sirviente y del místico desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas.
Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejército y reconquistó su reinado.
Ese día en que entraba victorioso a la ciudad, hubo una gran celebración con música y baile, y el rey se sentía muy orgulloso de si mismo.
En ese momento, el anciano que nuevamente estaba a su lado, le dijo:

– «Apreciado rey, ha llegado el momento para que leas nuevamente el mensaje del anillo»
– «¿Qué quieres decir?» Preguntó el rey. “Ahora estoy viviendo una situación de euforia, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo”.
– «Escucha» dijo el anciano «Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero.»

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje:

“ESTO TAMBIEN PASARA” 

Nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba . El orgullo y el ego habían desaparecido.
El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno. Entonces el anciano le dijo:

«Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento, ni ninguna emoción, son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.»

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Es verdad que muchas veces el dolor lo llevamos por dentro, pero no importa, las cosas pasan y lo que interesa es que sonrías, porque si lo haces, en algún momento esa risa va a volver a tu corazón y te hará sentir de nuevo vivo, alegre, lleno de fe y esperanza por la vida.
[piopialo vcboxed=»1″]Porque esta vida es muy corta, es un suspiro, para que la pasemos con tristeza y depresión.[/piopialo]
Permite que la sonrisa forme parte de tu vida y cada segundo vaya un poquito más allá, hasta convertirse en una parte de ti.

Si no sabes cómo sonreír empieza con:

Ver vídeos graciosos, para muchos (me incluyo) pueden parecer a veces estúpidos. Sin embargo, son una de las mejores forma para aprender a reír. Porque inevitablemente, encontrarás algo que te haga reír con ganas.
Ríete de ti misma, de tus ocurrencias, metidas de pata, inseguridades y miedos. Cuando aprendas a reírte de ti misma, luego sonreír ante las malas situaciones irá saliendo espontáneamente.
Párate frente al espejo, empieza a hacer caras y luego sonríe, porque seguro notarás que eres graciosa. Es imposible no encontrar algo que te haga sonreír sobre ti misma.

Rodéate de personas alegres. Deja atrás las quejas, la melancolía, la depresión y la tristeza. El mejor paso para cambiar la mala cara por la sonrisa, es rodearte de personas diferentes, personas alegres, llenas de vida, optimistas y sin tanto dramatismo en sus vidas.
[su_divider text=»Subir» divider_color=»#aa38b5″]
No me considero una experta en la sonrisa. A veces no me sale y soy más del estilo: doble sentido o humor negro. Así y todo, todos los días me río, sonrío a extraños y disfruto las pequeñas cosas de la vida que me llenan el corazón de felicidad y alegría.
Deseo que empieces hoy a buscar la felicidad en ti y luego la empieces a trasmitir a otros por medio de una hermosa y sincera sonrisa.
[piopialo vcboxed=»1″]Sonreír no es difícil, no es algo del otro mundo, y lo puedes hacer siempre que así lo desees[/piopialo]
Si estás falto de sonrisas, te regalo algunas de las mías. Espero tengas muchas de sobras para cuando yo esté escasa de algunas 🙂
Sonreir
[su_box title=»Participa >.<» box_color=»#dec6f8″ radius=»5″]¿Qué tal te va con la sonrisa? ¿Sonreír te cuesta o eres de lo que se la pasa sonriendo todo el día?[/su_box]

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4 comentarios

  1. ¿Qué puedo decir yo del mágico poder de la risa? Es el más poderoso elixir. De hecho, no concibo la vida sin humor; sería como trabajar de contable hasta el fin de tus días, algo tremendamente aburrido. Y créeme, sé de lo que hablo.
    Además, el humor es como el color negro, pega bien con todo.
    Por cierto, me gustó el cuento del rey. No lo conocía. Me recordó a uno de esos cuentos de filosofía sufí que he leído y disfrutado en diferentes momentos de mi vida.
    Un saludo, Diana. Nos leemos. 🙂

    1. Pedro gracias. El cuento a mí también me gusto y me encanta descubrir pequeños cuentos así que te ayudan un montón a expresar lo que quieres decir muchas veces.
      Gracias de nuevo por tu visita y nos veremos por tu blog 🙂