La importancia de saludar: un ejercicio de actitud positiva
¿Saludas en la mañana? ¿Dices «buenos días» a las personas que te encuentras en la calle o en el trabajo? ¿O eres de esas personas que prefieren no saludar, incluso cuando te cruzas con alguien?
He notado, en mis experiencias de vida y viajes, que el acto de saludar es más común en ciertos lugares que en otros.
El saludo en la mañana es menos común de lo que imaginas
Por ejemplo, en Colombia, especialmente en ciudades pequeñas, es muy común saludar a las personas que te cruzas, decir «buenos días» al entrar a una panadería o simplemente al caminar por la calle.
Sin embargo, en las ciudades grandes, esto se va perdiendo. Quizás por la falta de contacto con la gente o por el miedo a interactuar con desconocidos.
En España, por otro lado, el saludo matutino no es tan común. He vivido en varias ciudades, y en todas he notado que la gente no suele saludar por la mañana.
La mayoría va en su mundo, con los audífonos puestos, caminando con su perro o mirando el teléfono, y no saludan a quienes se cruzan en su camino.
Actualmente, estoy viviendo en Guadalajara y he comenzado a salir a caminar todas las mañanas. A veces, me encuentro con las mismas personas varias veces a lo largo de mi recorrido.
En Colombia, cuando esto ocurre, es común que uno comience a saludar y hasta a entablar una conversación con esa persona que ves cada día. Aquí, sin embargo, no es tan normal.
Decidí tomar la iniciativa y empezar a saludar a la gente que me cruzo.
Al principio, algunos me miraban como si estuviera loca, otros simplemente seguían su camino sin responder, y algunos pocos me devolvían el saludo con una sonrisa.
Le comenté a Sergio lo que estaba haciendo, y él me dijo que aquí no es normal saludar, pero me animó a seguir haciéndolo si es parte de mi cultura y de lo que soy.
Lo interesante es que este simple acto de saludar ha cambiado mi actitud hacia el día.
Saludar a alguien, aunque no me responda, me hace sentir bien. Es como una pequeña terapia.
Me he dado cuenta de que empezar el día con una actitud positiva, saludando a quienes me rodean, me llena de energía y optimismo.
Muchas veces veo gente caminando por la mañana que ya parece estar de mal humor, como si el peso del día estuviera sobre sus hombros antes de que siquiera haya comenzado.
Saludar, levantar la mirada y tener una actitud positiva puede cambiar por completo tu día.
Mi consejo: haz del saludo una terapia
Si te levantas de mal humor, si las mañanas son difíciles para ti, prueba saludando a quienes te encuentres.
Levántate con una actitud diferente, aunque el día parezca complicado. Saluda con una sonrisa y sigue tu camino, sin importar si te responden o no.
Notarás que tu entorno comenzará a cambiar, y que hay algo poderoso en tener una buena actitud desde la mañana.
Al principio puede parecer raro o incómodo, especialmente si no estás acostumbrado a saludar a desconocidos.
Pero ese es precisamente el reto.
Rompe con la vergüenza, con el «qué dirán» y enfócate en tu bienestar. Con el tiempo, verás cómo esta pequeña acción puede tener un gran impacto en tu vida.
Saludar a la gente que te cruzas en la mañana no solo es un acto de cortesía, sino una forma de mejorar tu propia actitud y bienestar. Empieza a saludar, con buena energía, y observa cómo tu día y tu vida cambian para mejor.
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