Caras de piedra y ciudades comidas por los árboles, eso tiene Angkor

Hoy no vamos a tener artículo sobre Terapias Alternativas y mañana tampoco vamos a hablar sobre los Miedos. Esta semana entera la voy a dedicar a mi Periplo, porque tengo muchas ganas de ponerme al día. Así que con los próximos artículos eso es lo que pretendo. Hoy continuaremos en Camboya, pero ya mañana llegaremos a Tailandia. Así que empecemos:

Como te había contado los Templos de Angkor Wat son realmente impresionantes. Pero ahora te voy a hablar de nuestra siguiente visita a este Disney World:

Angkor Thom

Tras contratar el transporte, hemos acordado visitar tres templos, empezando por este, pasando luego por el de los árboles impresionantes y terminando en un mirador (otro templo) para ver el atardecer. Así que lo primero fue llegar a Angkor Thom, el cual queda a unos 4 kilómetros de Angkor Wat. El recorrido es, como todo en el país, bastante plano. Hicimos un par de paradas para tomar fotos y disfrutamos del paisaje.

Al llegar, el chico nos indica que nos espera unos kilómetros más allá. Pues al terminar este recorrido podemos ir a un lugar donde hay elefantes en los que puedes hacer un recorrido o simplemente verlos «al aire libre». Pues bien, nos despedimos (sin pagarle nada aún) y nos dispusimos a entrar.
Habíamos empezado a recorrer el camino, cuando llegó un grupo grande de turistas y de la nada salieron varios «guardias» a pedir el pase. Así que lo primero es pasar el control de seguridad.
Normalmente te hacen cubrir, si llevas los hombros descubiertos, en este a mi no me dijeron nada, pero en el siguiente sí. Así que tenlo en cuenta. Llevar una camisa de manga larga o un chal es suficiente. 

El complejo de las caras, es inmenso. Hay mucho para ver y perderte allí. Me encantó. Había mucho turista, pero encontramos a un grupo con guía en español.
Nos pegamos un ratito para escuchar las explicaciones. Es lo que tiene cuando hay tanta gente. También observamos varios grupos de chinos, ingleses y otras nacionalidades.
Nos sentamos un rato solamente a observar, Jaime a meditar. Le encanta hacer eso. Aunque antes de todo eso nos perdimos durante minutos en sus recovecos. Que se puede decir que está abajo de las caras y también es alucinante, además que le da algo de frescura al recorrido.
Estuvimos allí como dos horas y luego empezamos el camino al otro templo. Sin embargo, nos desviamos (como cosa rara en nosotros) y terminamos en Baphuon.

Templo de Baphuon

En Angkor habrá unos 30 o 40 templos para ver, mal contados. Nosotros íbamos a ver unos elefantes y terminamos, gracias a un desvío, en un templo en forma de pirámide que ha resultado todo un reto.
El templo fue construido en el siglo XI y fue dedicado al Dios hindú Shiva. Aquí fue donde me hicieron cubrir los hombres. El lugar es bastante imponente desde la distancia y una vez llegas allí.

Nosotros primero lo rodeamos y luego, buscamos la entrada, por donde puedes subir. Debo decir que más que escaleras son unas piedras para escalar. La subida es bastante empinada y nada apta para aquellos que temen las alturas, porque eso sí el vértigo no se hace esperar. Aquí subimos hasta el final de todo y si la subida fue dura, no quiero decirles qué tal fue la bajada jajaja
En este templo, hay un sitio donde se puede ver (un poquito, casi nada) un Buda acostado tallado por las rocas. Nosotros no lo vimos, había que dar una vuelta larga y estábamos ya algo cortos de tiempo, así que tocó para otra oportunidad 😀
La cosa es que al final, tras dar vueltas, superar el vértigo y retornar a la tierra, seguimos nuestro camino, pues ya habían pasado casi 4 horas y debíamos encontrarnos con nuestro conductor, quien nos llevaría a Ta Prohm.

Ta Prohm

Efectivamente nuestro conductor estaba muy pendiente de nosotros y nos ha pillado a no más íbamos caminando por la terraza de los elefantes.
Tras subirnos en nuestro carruaje, le hemos dicho que queríamos comer un coco, mejor dicho tomar el agua del coco. Así que paró, él mismo negocio y para nuestro siguiente recorrido teníamos un delicioso coco para disfrutar y calmar la sed, cada uno. Nos salió por 5USD (nada mal, cuando uno te lo venden por 3USD) 🙂
Ta Prohm fue construído a finales del siglo XII. Este templo no ha sido rescatado de la selva, al ser el elegido para mostrar el estado en que se encontraba Angkor en el siglo XIX cuando fueron descubiertos.
Gracias a esto, el sitio es impactante ya que hay una mezcla entre naturaleza y ruinas que lo convierten en uno de los sitios favoritos para los turistas.

Obviamente en la entrada hay un control donde te piden el pase y luego, debes caminar y caminar hasta llegar a la entrada. Durante el camino te encuentras cantidad de árboles inmensos y hermosos.
Así como un par de personas que venden artesanías. La verdad muy pocos (al menos por la entrada por la que ingresamos), a la salida vimos muchos más, pero ya cerrando porque se nos hizo tarde 🙂
Al entrar el templo empieza a mostrarnos su belleza. Esa belleza que seguramente has visto en documentales o tal vez en alguna película.
Árboles que se comen la ciudad. Un espectáculo que te hace imaginar muchas cosas y sobre todo te hace comprender lo maravillosa e inteligente que es la naturaleza. Ten en cuenta que no es un templo cerrado, es completamente abierto. La mayor parte de él al menos.
No puedo decirles con palabras lo que es este sitio. Les recomiendo ver las imágenes y la secuencia de la historia que les voy contando. Para mí, un lugar para repetir y repetir.

Viendo el atardecer


Saliendo de Ta Prohm nos agarro el atardecer, así que nos tocó apresurar un poco el paso para llegar al templo de Bakheng. Hay muchos sitios donde se puede ver el atardecer, nuestro conductor eligió este y no estuvo mala la elección.
Eso sí, la subida es mortal pa el alma, pero se logra. Había mucha gente, aunque tampoco tanta como para no poder ver nada.
Recuerdo de los templos de Angkor
Nosotros estuvimos hasta que nos echaron. Eso quiere decir, hasta que había bajado todo el mundo y solamente quedábamos nosotros con una chica chilena que conocimos en la cima.
Nos quedamos hablando y hablando, tanto así que cuando bajamos los conductores de nuestros Tuk Tuks al final nos dijeron que apresuráramos, porque a ese paso nos íbamos a quedar ahí toda la noche 🙂
No utilizamos nuestro tercer pase.
Una lástima, porque yo hubiese querido ir todos los días, pero a veces el tiempo no alcanza y trabajar por allí, aunque se podría, no sé con ese calor que tan cómodo sea. La cosa es que a la final, hemos conseguido tiquetes para Bangkok en Tailandia y ese será nuestro próximo destino.

Qué nos deja los templos de Angkor

Jaime con el gigante
Te diré que para mí ha sido de los sitios más bonitos que he visto en mi vida. Recuerdo cuando Jaime me dijo que fuéramos a Roma en el 2009.
Yo la verdad no quería, pues pensaba que las ruinas no me gustarían, prefería más países como el Reino Unido, Francia, Suiza, pero Roma no, que va… Así y todo fuimos y te digo que es mi ciudad favorita. Me encanta… Por lo que obviamente, ¿Cómo no me iba a gustar Angkor?
Es un lugar genial. Si tienes la posibilidad de estar por allí, no te lo pierdas. Aunque Camboya no ha sido tan económico como uno pensaría. Puedo asegurarte que bien vale cada centavo que gastes.
Yo me quedo con atardeceres hermosos, un transporte de risa, unas calles muy polvorosas, comida no tan sabrosa, pero gente maravillosa, siempre con ganas de ayudar y sobre todo, me quedo con que es un sitio que no veo la hora en volver a repetir.
PD. Espero te hayan gustado las fotos de Angkor.
Hubiese querido colgar más, tengo muchas, pero quería solamente darte un aliciente, no hostigarte mucho 🙂
Otra cosa, en Camboya he sido yo la que he ido al médico, tuve una infección en el oído y cuando se puso doloroso, fue necesario ir al médico. Fue rápido, seguro y bastante tranquilo.
Centros médicos hay muchos regados por la ciudad, donde te atienden especialistas a un precio bastante razonable.
¿Cuéntame cuál es tu sitio favorito, ese que te encantaría conocer o, mejor, visitar de nuevo?

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