Cuevas Malasia

Las cuevas en el Parque Nacional Gunung Mulu

Las cuevas en el Parque Nacional Gunung Mulu que visitamos el segundo y tercer día fueron: Deer Cave, Lang’s CaveWind Cave Clearwater Cave así que prepara los zapatos, la sombrilla y sobre todo una buena actitud porque lo que viene son dos días de incomunicación, lluvia y un paisaje que se ha quedado grabado en nuestra memoria.

Un miércoles de enero a las 2:30pm bajo una fina lluvia estábamos listos para ir a visitar las dos primeras cuevas del Parque Nacional Gunung Mulu.

El día anterior, cuando llegamos, compramos unos chubasqueros (poncho como se dice en Colombia o chubasqueiro como se dice en Galicia) por menos de 1€ cada uno y estábamos listos, con zapatos cerrados, pantalón largo y hasta un saco (por si las moscas) para hacer la larga caminata hasta la primera de las cuevas.

Unos 3 kilómetros separan la entrada del parque de la primera cueva.

Durante el recorrido se disfruta de mucha selva, se atraviesan lagos (encima de un puente), nada de nadando 😀

La primera cueva que visitamos fue la Cueva del Ciervo o en inglés Deer Cave: tiene pasillos subterráneos de gran tamaño. Se dice que es uno de los más grandes del mundo.

Después de la Cueva Son Dong, en Vietnam. Su techo mide más de 100m. de altura y la cueva atraviesa la montaña de lado a lado. Esta cueva tiene además una montaña con el perfil de Abraham Lincoln. Es muy gracioso, porque cuando estás visitando la cueva el guía te indica dónde está y todo, para que no te lo pierdas.

Y sí, se parece y arto 😀 ¿Saben a qué me recordó? A la «nariz del diablo«. Una montaña cerca a Bogotá, Colombia que tiene un perfil que se asemeja a la nariz del diablo, según dicen, nunca he visto al diablo 😀


Esta cueva también es muy famosa porque alberga en su interior millones de murciélagos que cada tarde salen a comer.

Como les había dicho antes, muchas personas esperan fuera, en una especie de mirador, para ver el espectáculo. Claro que con «el frío» y la lluvia poca gente se aventura, pero así y todo cuando salimos habían algunos esperando ver algo.

De esta cueva puedo decir que es todo un espectáculo. Es inmensa, una buena caminata, subida, bajada de escaleras, muy bien adaptada para visitar.

Lo único es que hace falta una muy buena linterna. Las recomendaciones decían «llevar linterna» pero no decían que debía ser una «BUENA LINTERNA» porque no cualquier aguanta para poder disfrutar del lugar y aunque hay algo de «luz», lo cierto es que es muy poca y te pierdes ver algunos animales interesantes que hay en el agua o andando por la cueva…

Muy cerca a esta cueva, se encuentra la Cueva de Lang o Lang’s Cave, esta es mucho más alucinante que la anterior, ya que tiene unas estalagmitas y estalactitas que son una belleza.

También hay que hacer un buen recorrido para visitarla, un poquito más corto que el anterior, pero igual de interesante. Sobre todo por las formaciones de las rocas, que hacen del paseo mucho mejor. Así que no hay que perdérsela.

Salimos de allí y nos hicimos un rato en el «observatorio» para descansar, comer algo y ver si veíamos salir los murciélagos.

Como aún llovía, decían que era poco probable que salieran y al ver que no había «espectáculo», empezamos el camino de vuelta. Como el regreso lo hacíamos solos, lo hicimos con toda la calma del mundo, disfrutamos la naturaleza, los ruidos, los animales y la oscuridad, cuando la noche fue llegando.

El camino es levemente iluminado, aunque es bastante largo.

Llegamos, comimos algo y nos fuimos para nuestro HomeStay a descansar, teníamos una serie para ver antes de que se fuera la luz. Así pasamos el segundo día en el parque.

La noche que nos esperaba era toda una aventura.

Resulta que a eso de las 11 de la noche, tras una lluvia constante de todo el día, se alargó a llover en forma.

Un aguacero de esos que solamente he visto en mi querido Sevilla y que no sabes en qué momento va a parar.

Como siempre que llueve me fui arrullando hasta quedarme dormida, pero a eso de las 3 de la mañana me desperté porque la lluvia había aumentado aún más y llovía tan fuerte, pero tan fuerte que pensaba «¿En qué momento nos va a evacuar o el techo se va a venir abajo?».

Nunca he escuchado una lluvia así y créeme que he visto mi cuota tras vivir 19 años en un pueblo donde prácticamente todos los días llueve.

Pues bien, Jaime también se despertó y afuera no se veía nada. Ni una luz encendida en las otras casas. Por lo menos no caían goteras en nuestra habitación, pero la lluvia era demasiado fuerte y eso no es nada, el río estaba a un paso.

Por lo cual yo solamente imaginaba que estaba súper crecido, porque desde las 11 hasta las 3am casi 4 el aguacero fue en aumento. Al final, nos volvimos a quedar dormidos y a las 7:30am nos despertamos.

Como la salida para las otras cuevas era a las 8:45am, nos paramos y lo primero que hice fue mirar por la ventana y nada, el río no se había salido, no se veía nada inundado y todo parecía en calma.

De hecho ya ni llovía. Parecía que el día iba a estar despejado. Así que nos alistamos y pensábamos pedir transporte para llegar al Parque, pues el camino debería estar súper empantanado. Sin embargo, antes de hacerlo fuimos a explorar y nada, el lugar estaba mojado, pero no empantanado, así que emprendimos la caminada al parque sin problema.

Desayunamos y salimos en las canoas rumbo a las cuevas. Solamente éramos 3 personas y la guía, lo que fue aún más genial. El día anterior habíamos sido tan sólo 4 personas.

El paseo en barca es para ver dos cuevas, sin embargo antes de llegar a ellas se hace una parada en un pequeño pueblo local, donde hay artesanías. Es agradable, porque puedes preguntar y conocer cómo viven las personas allí (mucha gente se queja de esta parte a mi me pareció interesante).

Está como a 10  minutos del PNGM y me pareció curioso que había una Iglesia católica en esa pequeña comunidad.

Después salimos a la Cueva de los Vientos o Wind Cave. Una cueva genial con muchas estalagmits y estalactitas. Muchos más espectaculares que las que vimos en Lang’s Cave. Esta cueva nos gustó mucho. La subida es bien empinada y en el camino puedes observar diferentes animalitos pequeños que te van acompañando.

Hubo una época que se podía ir desde esta cueva a la siguiente. Sin embargo, hoy en día (o al menos en enero) estaba cerrado el paso por derrumbes debido a las lluvias.

A las siguientes cuevas el trayecto en lancha es de unos 10 minutos, tal vez menos. Su nombre es Cueva de Agua ClaraClearwater Cave. Tiene varios kilómetros de río que se puede explorar en la visita de aventura, que incluye hasta chapoteada y debe ser genial. Igualmente el paseo por allí es un espectáculo.

Hay un lugar que tiene una acústica que es genial. Por ahí tengo una grabación de Jaime cantando, vamos a ver si se las puedo compartir un día de estos.

Para mencionar que la subida a estas cuevas cuesta una vida, sobre todo para sedentarios como nosotros… 🙂

Después de esto el retorno al parque se hace directo. Debo decir que la guía tanto el joven del primer día como la chica del segundo fueron geniales. Muy serviciales, daban mucha información, se les puede preguntar y responden sin problema. Son muy, muy agradables todos, lo que ayuda a hacer el viaje mucho más agradable.

Llegamos al parque, almorzamos algo y salimos rumbo al hostal para entregar la habitación e ir a tomar nuestro vuelo de regreso a Miri.

Allí pasaremos dos noches, antes de salir rumbo a Kota Konabalu, donde tomaremos un vuelo a Bali.

Espero no te hayas cansado leyendo toda la aventura que pasamos en Mulu. La verdad es un viaje que vale la pena completamente, el parque es impresionante y a pesar de la lluvia no es molesto, porque no hace frío. Así que si estás por estos lados, te gustan las cuevas, la selva y no te incomoda un poco de lluvia, la pasarás genial.

Bueno, creo que esto es todo lo que puedo contarte de Mulu, si te he dejado alguna inquietud y quieres preguntar alguna cosa, ya sabes lo que tienes que hacer.

Pronto te contaré cómo pasamos la frontera y qué hicimos en Brunei…

Información del Parque Nacional Gunung Mulu PNGM

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