Cosas que no deberías prestar (o hacer) si no quieres perder amigos

Hoy estaba hablando con mi hermano sobre esas cosas que no deberíamos prestar a otras personas.

Me contaba que había prestado un libro y nunca se lo devolvieron, lo que me hizo recordar una experiencia similar que tuve hace muchos años con un libro y un CD de música (cuando todavía se coleccionaban CDs) ¿Recuerdas esa época?.

El libro que nunca regresó

Uno de mis libros favoritos es El Séptimo Secreto Irving Wallace (1985). Mi mamá lo obtuvo a través de un intercambio de libros y fue el primer libro que leí por voluntad propia.

Me enganchó tanto que me trasnochaba leyéndolo. Cuando me fui de casa, mi mamá me lo regaló y se convirtió en algo especial para mí.

Tiempo después, estando en Bogotá, lo presté a una compañera de trabajo, quien a su vez me prestó su libro favorito.

Yo le devolví el suyo, pero el mío, nunca lo volví a ver, aunque a ella la veía todos los días. Siempre me decía: «te lo traigo mañana«, pues ese «mañana» lleva más de veinte años sin llegar.

Lo peor no es solo perder el libro, sino que la persona también dejó de hablarme con el tiempo.

Desde entonces, aprendí que hay cosas que no debería prestar. De hecho, hoy en día, cada vez que veo una librería de segunda mano, entro a buscar ese libro y ya he comprado dos copias en Europa y uno de los libros lo tengo en España y otra en Colombia. Aunque ya lo conseguí digitalmente también 🙂

Cosas que no deberías prestar (ni hacer)

Si no quieres perder amigos, dinero o la paciencia, aquí te dejo una lista de cosas que podrías reconsiderar antes de prestar o incluso hacer por alguien a quién aprecias y quieres tener en tu vida mucho tiempo:

  1. Libros, CDs, juguetes u objetos sentimentales: Puede que la otra persona tenga la intención de devolverlo, pero muchas veces simplemente se olvidan o les gusta tanto que se lo quedan «disimuladamente». Aquí ten presente que si lo prestas, asume que quizás no vuelva.

  2. Dinero: La última vez que presté dinero a una compañera de trabajo, fue para unas entradas de cine (Harry Potter, para ser exactos). Lo más gracioso fue que tenía el dinero, solo que, según ella no tenía el efectivo para las palomitas, entonces, que me lo daba luego. Ese luego se convirtió en que nunca me pagó. por más que siempre me decía «este mes te pago«.

    Y esta historia tiene cola, porque años después todavía seguía diciéndome «te lo voy a pagar», hasta que un día la llamé y le dije: «recuerdas ese dinero que me debes. Quiero que sepas que ya no lo necesito, te lo regalo». Pues, eso parece que le molestó, porque dejó de hablarme jajaja.


    Conclusión, si prestas dinero, hazlo con la mentalidad de que podría ser un regalo y prepárate para perderlo (junto con la amistad).
  3. Tu carro: No lo tengo, ni lo he tenido, pero escuché a alguien mencionarlo y me parece un consejo pertinente, porque si alguien tiene un accidente o comete una infracción con él, resulta que en muchos países, la responsabilidad recae sobre ti, lo que son las multas y la «responsabilidad civil» llegan a nombre del dueño del vehículo, así que piénsalo dos veces antes de prestar tu coche.

  4. Tu teléfono o computadora: Hoy en día, nuestros dispositivos tienen demasiada información personal, y la verdad prestarlo puede ser un riesgo que luego se convierta en un problema. Prestar el teléfono a un desconocido en la calle puede significar perderlo en segundos.

  5. Ser fiador de alguien: Volvemos al tema del dinero, pero es que ser el fiador de alguien trae mucha responsabilidad y muchos casos se han visto de personas que terminan pagando casas que no son de ellos, porque al fin y al cabo, si la persona no paga, la deuda pasa a ser tuya. Muchas relaciones y amistades han terminado mal por este motivo.

  6. Hospedar a desconocidos o amigos lejanos: Puede sonar cruel, pero a veces es mejor evitar problemas. Resulta que estando fuera del país hay personas que te escriben para pedirte favores a nombre de otras personas. A mí me ha pasado pocas veces, pero ya he tenido que decir que no. Porque esto se puede convertir en un problema grave. He visto casos donde la gente invitada «por unos días» y terminan quedándose meses y luego sacarlos es un problema. ¡No gracias!

  7. Transportar paquetes de otras personas – Llevar encargos de otros puede ponerte en una situación muy peligrosa. Si viajas, ojo con los favores que hagas. Toma precauciones y mejor, ponte colorado un momento y di que no. Y si lo haces, asegúrate de revisar exactamente qué estás llevando.

Aprender a decir «no»

Poner límites no te hace una mala persona. Al contrario, te ayuda a protegerte de situaciones incómodas y de perder amistades por cosas que podrían haberse evitado.

Si alguien se molesta porque no le prestaste algo, quizás esa persona no valoraba tanto tu amistad.

Y tú, ¿has tenido alguna mala experiencia prestando algo? ¡Cuéntamelo en los comentarios!

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