Una curación milagrosa

Para aquellos que me siguen por las Redes Sociales se habrán dado cuenta que los relatos andan un poco atrasados. Estoy siguiendo la línea temporal de los acontecimientos, según nos han ido pasando. Por eso pueden llegar a ver fotos de lugares o situaciones de las cuales aún no les he hablado. Pero no se preocupen, llegará el momento 😀 Hoy quiero contarles lo que nos pasó justo cuando cumplimos una semana en Kuala Lumpur.

Persona EnfermaLos primeros días de adaptación los hemos pasado tranquilos entre organizar nuestro horario y ponernos al día en trabajo y estudio.
También hemos dedicado (aunque poco) tiempo al turismo, lo que nos ha permitido conocer algo de la ciudad. Sin embargo, hoy no les voy a hablar de lugares o personas. Hoy les voy a contar una experiencia algo surrealista.
Resulta que Jaime (mi compañero en este largo viaje de la vida) es de los que cuando se enferma, puede llegar a ponerse realmente mal. Sobre todo, cuando hablamos de gripe. Le puede durar perfectamente dos semanas y una de ellas puede tirarlo completamente a la cama.
Tras casi 14 años juntos lo he visto recaer gracias a una gripe en muchas ocasiones, pero nunca lo he visto con fiebre, ni recuperarse antes de tiempo.
¿Pero a qué viene este cuento? Pues resulta que esa semana empezó a tener síntomas de gripe. En nuestro botiquín venían medicamentos para este tipo de malestar, previniendo que por el cambio de clima y esas cosas, podríamos padecer algunos síntomas de gripe.
Pero la cosa es que de un momento a otro se puso realmente mal. Era un viernes y estábamos en nuestro nuevo «hogar». Un apartamento que conseguimos por CouchSurfing.
Sin embargo, era una situación bastante incómoda, ya que no estábamos en una habitación, sino en la sala y la salud de Jaime se estaba volviendo bastante alarmante. Tanto así que estuvimos pensando en ir al hospital. Pero antes de eso Jaime puso un mensaje en el Facebook y se acostó a meditar.
Mensaje de Jaime
Cuando estaba en esas su fiebre empezó a subir más, hasta llegar casi a los 40 grados. Y eso no fue lo peor, después de un momento empezó a temblar y como estábamos en la sala uno de los chicos se empezó a preocupar. Sin embargo, cuando le preguntamos, Jaime sonreía y decía que estaba bien. Aunque estaba empezando a sudar y la fiebre no hacía sino subir.
Yo me estaba empezando a preocupar. No sabía qué hacer, salvo esperar que terminara el proceso. El cual duro poco (unos 15 o 20 minutos), pero para mí fue una eternidad. Cuando todo acabó, Jaime se levantó bañado en sudor, sin fiebre y con una gran sonrisa en su cara. Decía que se sentía mejor y prueba de ello era su actitud y el hecho que no tenía fiebre.
Termometro
Tras ducharse, se recostó un rato y luego nos alistamos y salimos a comer. Sintiéndose mucho mejor. Tenía el típico malestar que tienes después de que se va la gripe, pero todos esos síntomas e incomodidad que vives mientras la tienes, habían desaparecido.
Su fiebre se había ido y lo que normalmente sería una gripe de varios días, se curó con asistencia «divina» y la buena energía enviada por las personas que respondieron su mensaje en Facebook. Sí, suena loco, pero fue así.
Tras esto, decidimos no seguir en CouchSurfing por un tiempo. No porque hayamos tenido una mala experiencia, sino porque pensamos que en caso de recaer, lo mejor era hacerlo en un sitio donde estuviéramos mucho más cómodos.
Por ejemplo, un lugar donde no tuviéramos problema de estar todo el día encerrados en la habitación sin socializar 🙂
Fue así como decidimos pasarnos a Airbnb, un sistema que ya hemos utilizado antes y del que les hablaré en breve. Sobre todo, para aquellos que no lo conozcan o aún tengan dudas con respecto a su funcionalidad.
Para terminar, decirles que esta experiencia me enseñó varias cosas:

  • Que fue buena idea traer todas esas medicinas en el botiquín. Por que las utilizamos.
  • Que el idioma es muy importante en este tipo de situaciones. No saben la angustia que pasé pensando qué haría si me tocara llevarlo a un hospital y el no pudiera hablar. Definitivamente la impotencia de no poderme comunicar la sentí apabullante en ese momento.
  • Es importante tener un plan en caso de enfermedad cuando estás en otro país. Es verdad que uno cuando viaja no piensa en enfermarse, pero es bueno saber dónde están ubicadas las clínicas, a quién puedes llamar en caso dado y sobre todo, si no llevas medicamentos saber cómo los podrías conseguirlos en el país en el que estás.
  • EmergenciasA veces debes dejarte llevar y creer que puedes curarte con el poder de la energía y la mente. Yo soy una creyente de muchas cosas. No me cierro en banda por aquellas cosas que no logro comprender. Por eso creo que es importante que creas, porque a veces no te puedes dejarte llevar por la enfermedad y la angustia. A veces debes tener el valor de aceptar la ayuda de otros y abrirte a nuevas experiencias.

Sí, puede parecerte que esta experiencia ha sido algo loca, y la verdad es que lo fue. Aún hoy, después de varios días de lo sucedido, puedo decirles que la experiencia me deja algo alucinada.
Pero no por ello deja de ser verdad y como esto es una aventura, hay que contarlo todo. Lo bueno, lo malo y sobre todo lo que está más allá de nuestra comprensión.
Luego les contaré cómo ha sido nuestras posadas en estos días que hemos pasado en KL. Aunque ya les he hablado de CouchSurfing, seguramente hay mucho más que contar y sobre todo les hablaré de Airbnb y lo que ha sido para nosotros la experiencia.
Ahora cuéntame ¿Crees que uno puede curarse por el envío de energía de otras personas? ¿Has tenido algunas vez una experiencia como esta? ¿Crees que estamos algo locos? 🙂
Te invito a leer en la cuanta de Facebook de Jaime su experiencia de sanación.

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5 comentarios

  1. Es un hecho que la mente puede sanar y también producir enfermedades, si tu compañero escribio esas palabras en el Facebook creyendo realmente que podrían servir para mejorar su estado posiblemente esa «fe» provocara el «milagro».
    Es sólo una idea 🙂