Turismo gastronómico: explorar el mundo con el paladar

Cuando viajamos, cada uno de nosotros lo hace por una u otra razón. Algunos viajan porque quieren disfrutar de una nueva cultura, ver un monumento, conocer su arquitectura, tal vez descubrir un sitio especial.
Muchos lo hacemos por el paisaje, por lo que nos ha inspirado cuando hemos visto el lugar en fotos o en una pantalla.

Turismo gastronomico
Foto de Shutterstock

Otros viajan por escapar de algo, ya sea una emoción, un sentimiento, un temor o una persona. También puede ser para encontrarse o reencontrarse con alguien.
Quizás también viajen por ese descubrir algo nuevo y diferente que te ayude a ver la vida de otra manera, un viaje hacia el interior, como dicen algunos.
Sin embargo, hay personas que viajan para hacer turismo de aventura, enoturismo, ecoturismo o turismo gastronómico, entre muchos otros. Si quieres saber más sobre este último, descubre los mejores Street Food del mundo que explorar con la nueva campaña de eDreams.
Street Food Mexico
Te diré que para mí una de las cosas que más disfruto a la hora de viajar es comer en la calle comida local, no en sitios lujosos sino en chiringuitos, galerías (que llaman en mi país) o mercados (que llaman en otros).
Comida que se prepara de manera rápida y que nos presenta en poco tiempo el cómo se come en ese lugar que estamos visitando.
Creo que de los más de 30 países que ha visitado hasta el momento, en todos he comido en la calle.
Los mejores sitios, desde luego están en Asia, porque allí el street food es una realidad que se vive y se siente en todas partes, desde Indonesia, hasta Camboya, Hong Kong, Tailandia o Israel.
En Europa también se ve, en lugares como Reino Unido, Italia, Francia y desde luego España. En Estados Unidos, ni qué decir. En New York nada como comer un perrito preparado en un puesto cerca a la 5ta avenida.
Y qué me dicen de lugares como México, Colombia o Ecuador. También se ve y un montón.
La comida callejera es una pasada y es una buena manera de conocer el país que estamos visitando y aprender de él.
Si, además, puedes aprovechar y aprender a preparar su comida, mejor que mejor. Yo aprendí a amar el curry y algunas especias que no conocía gracias a mis viajes por Asia. Ahora hago mucha comida con curry.
Hacer turismo gastronómico es algo que tienes que hacer alguna vez en la vida y si ya viajas, no lo dejes a un lado.
Salte del McDonalds y de los restaurantes pijos, ve a mercadillos, come comida local y experimenta la verdadera cultura comiendo donde come la gente local. Eso no tiene ninguno precio.
Te recomiendo que leas este post que hice hace unos años hablando de la comida en Kuala Lumpur, tal vez así entiendas lo rico que es comer fuera y disfrutar de la gastronomía de otros países.

¿Cuál ha sido la comida más rica que has comido cuando viajas?

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25 comentarios

  1. Cuando viajo me encanta comer la comida local y tal cual la comen los habitantes del lugar, sin ser modificada para los turistas. Creo que es una forma muy interesante de aprender sobre el sitio y sus habitantes y también de abrir tu mente.

  2. Hola Diana!!!
    A mi encanta hacer gastro, eno y todas las clases posibles de turismo. Jajaja. Te voy a contar cuál es mi estrategia para saborear la auténtica cocina local. Observo a la gente de la calle. Busco a quien tenga más aspecto de ser de la zona y de buen comer ( esto es importante, jejeje) me acerco y le pregunto donde suele ir a comer cuando lo hace fuera de casa. Y no falla.
    Besos!!

  3. Anoto «street food» para mis próximos viajes.
    La comida para mí, es cada día menos importante, pero sí valoro mucho el entorno. Poder estar en silencio mientras como es algo que valoro cada día más.
    Me fijaré, lo probaré y te contaré Diana.

  4. Me falto que me llevaras a comer al mercado, así que tocara volver para remediar ese detalle, aunque en Venecia si comimos en la calle, pero casi siempre era comida preparada por nosotras, ah y en Eslovenia si fuimos a un mercadillo deliciosos estuvo, bueno, ahí voy recordando.

  5. Viajar y comer, las dos cosas que más amo en la vida, ¿y combinadas? ¡Qué privilegio la vida! La verdad es que el turismo gastronómico es algo que siempre ha llamado mi atención Diana, adoro ver programas de Foodies, esas personas súper suertudas que se dedican a viajar para comer, me gustaría ser uno de ellos, sin importar los kilos e irme por el mundo a comer y hacer maridaje con vinos y cervezas, ¿acaso se podría pedir más? Esa definitivamente es mi utopía. Pero si debo recomendar una ciudad en este comentario, pues déjame decirte que yo siempre he sido promotora de Medellín, la ciudad en la que viví por más de 4 años, como una ciudad para hacer turismo gastronómico, y es que más allá de su famosa feria de las flores y de la fama que tiene por ser una ciudad primaveral, Medellín es una ciudad para comer, la cantidad de lugares y comida deliciosa que existe en esta ciudad no te lo podrías creer, así que aquí dejo mi aporte por si alguno de tus lectores se encuentra en esta maravillosa ciudad para que prepare el paladar. Un abrazo.

    1. Bueno, qué decir, Colombia es un país increíble y Medellín desde luego es una pasada. Me alegra que tengas tan buen recuerdo de esta bella ciudad, como dices allí no solamente hay buen clima y mujeres hermosas, se come genial 🙂 Un abrazo guapa 🙂

  6. Hola, Diana:
    He probado el street food en Londres y en Nueva York. Como dices, es muy típico y además una solución económica.
    Me gusta probar la comida local vaya donde vaya. Pero recuerdo que donde sufrí un poco fue en Sri Lanka. La comida eran tan, tan picante que me alegraba cuando había sopa de tomate o pasta. Lo mejor eran los puestos de fruta local. En la Riviera Maya fuimos a pequeño restaurante de esos que sólo frecuentan la gente local (creo que éramos los únicos turistas) y comimos muy típico y genial.

    1. Me encanta eso de comer en un lugar donde no ves un turista. Creo que es de las cosas más chéveres que he experimentado y de las que más disfruto, porque hoy en día con la cantidad de turistas que hay en el mundo y con lo masificado que está todo, eso ya de por si cuesta un montón 🙂 gracias Dorit por compartir tu experiencia. Un abrazo preciosa 🙂

  7. Hola Diana!! Diste en el clavo! a nosotros nos encanta viajar por el hecho que comentas, de conocer otras culturas, ver esos paisajes que vemos en las postales, películas o series de tv, conocer la arquitectura, la forma de vida, pero más importante para vivir nuestra vida y una de las cosas que más disfrutamos de los viajes es comer y conocer la comida local, esa comida de carrito sabrosa jaja como dices tú, no tiene precio!
    Saludos y abrazos fuertes!

    1. Oye y algo que es súper curioso porque antes en mi propio país no hubiese sido tan «atrevida» de comer en estos sitios, de hecho conociendo lo que conozco, no creo que lo haga, pero en otros lados no tengo problema, cosa curiosa si me preguntas, pero bueno también puede ser que soy un poco rara jajaja 🙂 Un abrazo chicos 🙂

  8. ¡Hola!
    La verdad que cuando viajo, no tengo muy en cuenta el tema de la comida. Y acabamos comiendo en los típicos fast foods de siempre.
    Creo que a partir de ahora, me fijaré más en los street foods. Y como tu bien dices, es también una manera genial de conocer el país y aprender de él. Además, de conocer sabores nuevos. ^_^
    Muchas gracias por compartir.
    Un abrazo!

  9. Ohhh me encanta probar la comida local, es una de las cosas que busco cuando viajo. Quizás el lugar que más he disfrutado en este aspecto ha sido Perú, ¡era todo tan rico! En cada zona del país, comida diferente. Que recuerdos…
    Tengo muchas ganas de probar la comida asíatica, y después de tu artículo sobre Kuala Lumpur más!
    ¡Un abrazo!

    1. Ufff he escuchado que de Sur América Perú es el mejor lugar para comer. Aún no he tenido el gusto pero no conozco a nadie que haya ido y diga que es maluca la comida por allí, tendré que ir y ver qué tan cierto es 😀 Un abrazo guapa y gracias por compartir. Ya te digo que la comida de Asia te encantará 🙂

  10. Hola DIana, que bueno que hayas podido viajar por tantos países. Estoy de acuerdo contigo que la comida callejera es una de la mejor forma de apreciar la gastronomía de cada lugar, experimentar los sabores,especias y condimentos típicos de cada sitio, de manera más auténtica, parece que los percibes de otra manera, aumentan los sentidos porque estás más conectado al ambiente, creo yo, pero también hay que tomar algunas precauciones porque sino eres de estómago fuerte, puedes llevarte alguna sorpresa, jiji.
    Gracias por compartir todas tus experiencias que nos sirven de ayuda a los que nos encanta viajar.
    Un abrazo.

    1. Olivia, eso es verdad, hay que tener mucho cuidado o andar con carbón activado en el bolso por si te cae algo mal. Para mí el mejor descubrimiento de mi viaje por Asia, además de la comida, ya te digo. Un abrazo guapa 🙂

  11. Mi experiencia gastronómica más encantadora fue hace años, en Egipto. Viajamos en enero y, por primera vez en años, hacía mucho frío, tanto que me envolvía las orejas en el chal, no por ponerme un hijab, sino porque se me helaban. Una mañana fui con un grupo a visitar (por enésima vez) el Mercado de los Espejos. No entiendo esa manía de los españoles de comprar souvenirs idiotas que no sirven más que para coger polvo en casa, en lugar de disfrutar del ambiente, de la comida, de la gente, de la luz y los sonidos. Mientras el grupo se iba de tienda en tienda yo me senté en la plaza, frente a la mezquita. No estaba haciendo nada, solo observar a la gente y el reflejo del sol sobre las cúpulas, cuando me vi rodeada de 5 o 6 chiquillas egipcias. Venían del cole, todas con velo y supongo que les hizo gracia ver a una occidental también «con velo» sentada sola. En un minuto me rodearon y en su inglés de colegio (yo no hablo árabe…¡aún!) me preguntaron de todo. Yo estaba muerta de la risa, intentando contarles quién era, qué hacía en El Cairo y, al mismo tiempo, preguntarles sus nombres y a qué colegio iban y si les gustaba. Entre todas estaban compartiendo un helado (¡un cucurucho para 5 niñas, ¡imaginaos!) que iba desapareciendo a lametones y, de repente, me lo pusieron delante de la nariz. ¿Le iba a dar un lameton? ¡Por supuesto! y uno grande y sin miedo. Las niñas se reían y yo con ellas. En ese momento llegó la gente del grupo y ví sus caras de asco al verme compartir un helado chupeteado; casi podía oirles pensar que iba a coger el tifus, la difteria y la gripe de los pollos.
    ¿Sabes, Diana? Fue el mejor helado de mi vida. Y ya ves que no lo he olvidado.

    1. Y lo mejor de todo es que lo cuentas como si estuvieras aún allí. Me ha encantado guapa, gracias por compartirnos esta bella experiencia, qué pasada… Ya te digo que te vi 🙂 Un abrazo 🙂