Quemar casa

Anécdota: ¡Casi quemo mi casa!

Esta semana estaba navegando por Internet y no sé cómo resulté en una página que habla sobre los detectores de gas y terminé metida ahí mirando cosas que no tenían nada que ver conmigo, pero al hacerlo recordé una anécdota de cuando tenía 8 años y casi quemo mi casa y hago que mi hermanito llegara antes de tiempo.

Hoy en día puedo reír y hasta algo he aprendido de ello, pero en ese momento no se imaginan lo que fue:

Paso a contarte mi anécdota

Estábamos recién pasados a una casa nueva y muy grande. La cocina apenas tenía utensilios y contaba con una estufa de una sola hornilla, que fue un préstamo de una amiga de mi madre, mientras se hacía con una propia.

Teníamos pocas cosas y en la parte de adelante estaba la papelería. Un día mi madre salió a hacer unas compras y me ha dejado con una amiga jugando en el patio. El patio era un solar grandísimo lo más de chévere, tenía mucho verde y tierra para jugar, me encantaba.

¿Pero qué hacen dos niñas de 8 años solas en casa?

Pues jugar. Nos hemos puesto a explorar el patio y hemos recogido una cantidad de matitas, luego hemos pensado ¿Qué hacemos con ellas? Pues bien, hagamos una comida…

Pero cruda no es lo mismo. Así que ¿Qué tal si la cocinamos? Pues muy “listas” nosotras, nos hemos llevado el tarro donde las recogimos, las lavamos bien, le echamos agua y las hemos puesto al fuego un ratito para hacer una bebida de plantitas, y nos hemos ido a seguir jugando.

Estábamos en esas, cuando a los 5 minutos empieza a salir fuego de la casa. Salimos disparadas a ver por qué había una cantidad de humo.
Resulta que pusimos al fuego las plantas en la “coquita” (de plástico) y desde luego se derritió con el fuego.

Así que le echamos agua encima y la casa quedó pasada a humo. Esperamos que se pasara el calor en la hornilla y tratamos de limpiarla, pero no había poder humano que quitara el plástico.

Sabía que cuando mamá llegará iba a tronar el mundo, así que tras estar un rato en esas, no tuvimos otra que esperar.

Cuando llegó, la casa aún estaba pasada de humo. Lo primero fue preocuparse por lo que había pasado, luego cuando vio que estábamos bien y lo que habíamos hecho se enojo y me dio una pela, que hasta el día de hoy recuerdo.

La recuerdo tanto, porque ha sido la única pela que me dio mi madre, además, porque me fui de la casa llorando a casa de mi tía y dije que nunca volvería porque mamá estaba muy enojada.

Casi le hago venir a mi hermanito (estaba embarazada). Pero cuando el dolor mermo y tras haber aprendido mi lección (bueno, algo, no mucho), volví a casa unos días después.

Entiendo porque mamá se enojo tanto, como no. Casi quemo una casa donde estábamos recién pasadas, dañé una estufa que no era nuestra y si no teníamos para comprar una propia, ahora tener que comprar dos: una para nosotros y otra para pagar el préstamo… Pues imaginate.

Además del susto de llegar a casa y ver cómo la dejamos… Mejor dicho… No sé cómo no se le vino el chino 😀

Pero la historia no termina

¿Y saben qué es lo peor? Que hace dos meses en Hong Kong me pasó, no algo similar pero sí algo con calor y un envase de plástico.

Resulta que pensaba que el recipiente donde metían el agua para tomar era resistente, así que herví agua y la eche en ese tarro, pues cuál sería mi sorpresa cuando el tarro se derritió en mi mano.

Casi me pego la quemada del siglo. Aunque lo peor fue destrozar la vasija, por ser tan lenta y suponer que iba a aguantar el calor.

Esto me hizo comprender que aún tengo problemas con el calor y el plástico 🙂

A ti alguna vez te ha pasado algo similar. ¿Seré tan rara que aún no comprendo que el calor es peligroso y que quema de lo lindo?

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24 comentarios

  1. JAJAJAJAJAJAJAJAJA suena como algo que hicimos mis primos y yo en casa de mis abuelos xD pero nosotros intentamos hacer una alberca en el patio que solo resulto con mucha basura y regaños…
    Saludos

    1. jajaja no me lo imagino, uno de niño es que se le ocurre unas cosas!!! Éramos súper creativos, qué rico volver a esa época o atraer esa niña que fuímos y las maravillas que hacíamos 🙂

  2. Vaya anécdota jaja de peques hacemos muchas locuras, pero que te pase de mayor?? Jajaja!!! Bueno a todos nos han pasado algunas cosillas la verdad, a mi la primera…

  3. Darme cuenta de todas estas cosas que han pasado, no puede ser, casi no llego a este mundo, y eso que te falta contar algunas que me paso estando a su cuidado antes es que estoy con vida jajajajajaja.

  4. Increíble lo que te ha pasado, bueno una anécdota mas para contar, recrear y luego como tu dices reírte de lo que paso, por lo menos no fue nada grave, porque te cuento que me hubieras dejado sin conocer a mi esposo jajajajajaja….

  5. ¡Qué cosas se nos ocurren de chicos! normal que tu madre se asustara; no eras consciente de la que habías liado pero ella si.

  6. Diana pero que anécdota por Dios !!! Con correazo y todo. 😀
    A mi con el plástico me pasa y mucho, que acerco la tabla de silicona cerca de la bitroceramica y eso queda desastre total.
    Ya te imaginarás !

  7. Que peligro! Siempre tengo mucho cuidado con el fuego, sobre todo porque me aterra que algo se prenda fuego o se derrita (ya he derretido varios recipientes con la cera) Así que mi madre me tiene muy cortita jajaja Saludos espero que no vuelva a pasarte algo tan feo.